Su considerable obra (más de setecientos cuadros) era característicamente académica: técnica depurada para los numerosos bocetos previos, buen acabado (que cuidaba con esmero), colorido variado, tema narrativo y sentimental desde perspectiva clásica.
Fue popular en Francia y en la corte de Napoleón III, pero quedó en cierto modo al margen a causa del creciente aprecio por nuevos estilos como el impresionismo, al que curiosamente había vetado para el Salón de París por considerar que a los cuadros de ese estilo les faltaba acabado. Ello no impidió que sus cuadros fueran adquiridos en gran número por coleccionistas americanos e ingleses. Los estudiosos del arte actuales lo consideran un pintor decimonónico importante. Muy trabajador y métodico, ayudó a muchos pintores jóvenes a continuar con su carrera artística.
Las mayoría de las imágenes que utilizo en este blog han sido tomadas de Internet; si eres autor de alguna de las obras y lo quisieras, la retiraría de inmediato.