La mujer salvaje enseña a las mujeres a nos ser "amables" cuando tengan que proteger sus vidas emocionales. La naturaleza salvaje sabe que el hecho de actuar con "dulzura" en tales circunstancias sólo sirve para provocar la sonrisa del depredador. Cuando la vida emocional está amenazada, el hecho de trazar en serio una linea de contención es no sólo aceptable sino también perceptivo. Cuando la mujer así lo hace, su vida ya no puede sufrir intromisiones durante mucho tiempo, pues ella se da cuenta inmediatamente de lo que ocurre y puede empujar de nuevo al depredador al lugar que le corresponde. Ya no es ingenua. Ya no es un blanco ni un objetivo.
Clarissa Pinkola Estés
Me encanta!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarAsí pienso, este pasaje también fue claro para mí cuando casi leí (lo tengo pendiente de terminar) el libro de Mujeres que corren con los lobos.
ResponderEliminarTienes un bonito blog.
Un abrazo